jueves, 5 de marzo de 2009

SILENCIO

Me gusta hablar
reconozco que a veces me cuesta escuchar, ¡¡gran fallo!!!
Aunque también me gusta escuchar, depende del momento.

Y, aunque el que me conozca se sorprenda,
me gusta callar, de verdad.

Me gusta el silencio, cada vez más.

Esta otitis (de los cojones, perdón) que me tiene entamponada, me hace hablar poco, porque me escucho demasiado a mí misma, y porque me cuesta escuchar mucho a los demás. Hablo y escucho lo justo, necesario y obligatorio.

No sé que da más presión a mi cabeza, ahora mismo, si escuchar o hablar.
Porque no es por nada, no me gustaría nada quedarme sorda, para lo que hay que oír (aunque esto último sea un topicazo). Además me he dado cuenta de que se habla tanto para decir tan poco, y sobre todo se repite todo tanto.
Hablar, pues sí es cierto, por la boca muere el pez. Siempre he pensado que es de inteligentes el estar callado, aunque también el que calla, otorga. Con lo cual, no sé. Pero el bla, bla, bla...me ataca.

Que gusto el silencio, aunque ahora mismo en mi cabeza hay zumbidos y a veces pitidos.
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Hoy he recordado una etapa de mi vida.
En mi época de universidad pertenecí a unas comunidades de base de los jesuitas. Conocí a mi amigo Cipri estudiando la carrera, y él me contó que formaba parte de esta "historia". No voy a explicar lo que son porque no viene al caso. Lo que sí sé es que a mí me aportaron sobre todo crecimiento espiritual y como persona. Y sobre todo maduré mi fe (la cual no sé si está madura, o cómo, actualmente, pero eso es otro cantar).
En aquellos momentos, 18 añitos, y teniendo en cuenta que había ido a un colegio de monjas, mi actitud ante lo religioso era de uñas. Mi actitud era crítica, total y absolutamente. Pero, siempre en mi interior tuve (y creo que sigo teniendo) una inquietud espiritual. Como yo digo, me siento más espiritual que religiosa.
Pero bueno, me estoy enrollando (menos mal que esta entrada se llama SILENCIO) para contar lo que quiero.
Una de las muchas "aventuras" que tuve con estos jesuítas (que son la leche), fue hacer una semana de ejercicios espirituales en Loyola (la cuna de San Ignacio). En silencio total. Me lo propuso un amiguete jesuíta, yo estaba en aquella época un poco ¿descontrolada?, ¿aturdida?...No sé, necesitaba unas vacaciones de...
Yo tenía 22 años, y ¡joder! enfrentarse una semana a uno mismo con su mecanismo era atrevido.
Pues bien, me lancé.
Fue una maravilla, recuerdo muchas cosas de aquella experiencia. Muchas.
Y recuerdo el silencio, el silencio me daba libertad. ERa un silencio lleno, muy lleno.
Lleno de mis recuerdos,
lleno de las conversaciones que escuchaba en euskera cuando me iba a tomar un café a las tabernillas del pueblo,
lleno de aquellos parajes,
lleno de mis planes de futuro.
Silencio.Silencio.

9 comentarios:

Francisco O. Campillo dijo...

Ya que nos hablas de los jesuítas, permíteme que deje auí una frase de Arrupe.
"Al pasado, Amén;
al futuro, Aleluya"
.
Mejórate ;-)

Unknown dijo...

El silencio da posibilidad de muchas cosas, de oír primero, de escuchar después, de poder pensar, de poder entender, de poder decir, de poder esperar, de dejar decir, de dejar hablar. El silencio es un continuo del espacio y el tiempo, es, nos deja ser, en el tema de la palabra hablada y de la música, una composición tiene tanto de notas musicales como de silencios y juntos hacen una melodía o una canción. Deberíamos hacer mas silencios, no necesariamente el que calla otorga, porque hay que aprender a saber hablar en el momento indicado, sino, esto es una feria (como lo es) y todos hablan al mismo tiempo, entonces ya no hablan, gritan, y todos intentan imponer su idea, y no se escuchan, entonces no se entienden, entonces aquí estamos, miles y miles diciendo lo mismo, pero sin darnos cuenta, y otros diciendo lo contrario, y tampoco nos damos cuenta. Que bueno es el silencio, que bueno es estar en silencio, que bueno es darnos y dar la posibilidad de apreciar el mundo desde otra forma, de comprender lo que nos pasa desde otro lado. Primero deja que hablan y después habla tu, cuando alguien mas te otorgue su silencio.

Bella entrada y reflexión. Un placer pasar por aquí.

Un saludo.

HologramaBlanco

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cuando descubrí el silencio fue una revelación. No el estar callado viendo algo, sino el silencio. Solo o en compañía. Es una de las pruebas de fuego de una pareja, sin duda alguna.
Besos.

Merche Pallarés dijo...

Bueno veo que ya has cogido carrerilla... No me esperaba este post, pero siempre paso a ver que nos cuentas y ¡zas! me encuentro con este post maravilloso sobre el silencio... Una cosa que me ha llamado la atención ¿si estabas de ejercicios espirituales, ibas a tomar un café en las tabernillas del pueblo? Porque cuando yo hice esos ejercicios (tres dias) en mi colegio de Toronto, nos quedábamos sin salir (dormiamos en el cole) mientras duraban. Un latazo, la verdad. Besotes, M.

Isabel Huete dijo...

Bueno, ya sabes que una cosa es oír y otra escuchar. Escuchar es sinónimo de aprender. Por muy aburrido que nos resulte lo que nos cuentan, se aprende mucho de los otros, aunque reconozco que hay quien se pasa tres pueblos contando sandeces.

El silencio... Lo adoro. Disfrútalo.

Un beso muy grande, chiquitina.

Merche Pallarés dijo...

¡¡ABRE LOS COMENTARIOS!! Que nos tienes a todos en silencio... Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

¡¡ABRE LOS COMENTARIOS!! que nos tienes a todos en silencio... Besotes, M.
P.D. Igual sale repe porque antes se me borró. Sorry.

PILAR dijo...

Empiezo por el final, ay Merche si es que estás en todo, será el clima balear...
tienes razón os había silenciado.
Bueno, a ver, de lo de mis ejercicios ya os contaré algún día.
No tenían nada que ver con lo que la gente piensa. En absoluto.
Ni estaba encerrada,
ni había latigazos,
ni nada de nada.
Un clima de libertad, de interiorización y de tranquilidad.
Si alguien quiere sentir la experiencia tendrá que ser desde la libertad.
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Isabelita, que os tengo abandonadillos a todos un poco, pero bueno, libertad, verdad??
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Pedro, que te veo muy parejil.
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Edgardo, qué razón, en lo de "primero deja que hablen", de esto tengo que aprender porque me impongo al hablar cosa fina.
Gracias por tu primera visita.
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Francisco,yo tengo otra,esta es de Ignacio de Loyola, y es actual quetecagas: "en tiempos de crisis no hacer mudanzas"
BESOS A TODOS

Teresa dijo...

Lo de los jesuitas me deja sin palabras... y no porque te vayas a esa congregación sino porque esta se ubica en Loyola... ¡a callar!