domingo, 2 de marzo de 2008

LA SOLEDAD DEL HOMBRE BORRACHO

Hoy he visto a un hombre borracho, como tantos días y en tantas ocasiones.
Hablaba solo.
Babeaba.
Se reía, incluso.
Caminaba serpenteando, como sólo ellos lo hacen.
Y yo le miraba (disimuladamente, desde la otra acera).
Y pensaba, como tantas veces lo he hecho, y me preguntaba:
tendrá una casa o no,
y tendrá una familia o no,
y alguna vez fue niño,
y tuvo una madre...
Y, qué pena.
Como todos, a lo largo de la vida, he visto a gente en diferentes estados lamentables producidos por el alcohol y/u otras drogas, y aunque cobardemente he esquivado la mirada o he mirado de reojo, siempre me he preguntado cómo habrían llegado hasta ahí, y si yo podría también por las cosas de la vida llegar a ese mismo lugar.
El cuarto mundo, trae imágenes como estas todos los días, son parte de nuestra postal diaria.
Pero, hoy, sí quiero recordar a este hombre .
Ese hombre y tantos hombres y mujeres que esta noche necesitan pasar por la garganta el bebedizo que les esclaviza y les adormece.
¡Buenas noches, cuarto mundo!