Dímelo otra vez, anda...
que me encanta cómo suena.
No sé si es mentira o verdad,
pero hasta me enajena.
Me gusta cómo suena.
Y además, no me asusta.
Si acaso, tal vez, me sonroja.
Pero siempre, me abruma.
Hasta me da subidón de adrenalina.
Me da igual de dónde venga,
del paredón o de la hormigonera,
del andamio o de la otra acera,
de un chaval o de un hortera.
Cualquier lugar da igual,
y el momento, siempre oportuno.
Ay, cuando era jovencita
¡qué estupidita que era!
Hasta digna me ponía
si alguno osaba decir cualquier "palabrita",
y si era preciso, hasta le insultaba.
¡Qué desagradecida!
Ahora que ya no soy tan jovencita,
no sólo le doy las gracias,
sino que le pido: " me lo repita".
¡Cómo me gusta el piropo!
aunque usté esté piripi,
y hasta sea un paripé,
canto un parapapá,
y recibo su piropo.
lunes, 7 de abril de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)