lunes, 25 de febrero de 2008

ENFADO

No me sé enfadar.
No me duran los enfados.
No entiendo los enfados.
Dos males tienes (enfadarte, desenfadarte) y tres si no comes, decía mi abuela.
¿Por qué te enfadas?
¿Es para tanto?
¿Qué hay detrás de ese enfado?
¿Tenías guardado algo y lo soltaste por esa tontería?
¿Es rabia contenida?
¿Es orgullo mal dirigido o mal asimilado?
¿Es una llamada de atención?
¿Hay ganas?
¿Por qué no me hablas?
¿Sirve para algo enfadarse?
¿Cuánto durará este enfado?
En el enfado suele haber:
-a) un motivo o causa,
-b) uno el que ofende (supuestamente)
-c) y otro el ofendido (supuestamente).
A veces los papeles (del b y del c) se intercambian y el ofendido acaba siendo o pareciendo (esto es como en la voz pasiva) el ofensor; y el ofensor es (no lo parece) el ofendido.
Ah, se me olvidaba, el motivo o la causa suele ser una gilipollez.