domingo, 18 de mayo de 2008

INTEGRIDAD

¿Es difícil hoy en día ser íntegra?
¿Hay muchas cosas que me tientan para dejar de serlo?
Siempre me contaron, me educaron en que había que ser buena gente, que las cosas había que ganárselas, que pedir un favor era algo únicamente destinado a la vecina para sacarnos de un aprieto...
Siempre entendí, tal vez he sido responsable desde siempre, que la vida me la tenía que buscar yo por mis propios medios, que cuanto antes debía ser la menor carga posible para mi familia.
En casa de mis padres nunca recuerdo que se pidiera un favor del tipo "mira a ver si colocas a la niña o al niño". Los amigos de mis padres (en general bien colocados) estaban para salir por ahí con ellos, estaban para lo lúdico, lo festivo, lo divertido. Hombre, imagino que también estarían para contarse sus penas. Pero vamos, estaban para eso, para la propia vida. Y, si entre la pandilla había un ingeniero, o un abogado, o un médico...nunca vi que en mi casa se utilizara este tipo de relaciones para traficar con ellas.
Sin embargo, es que hoy en día, estamos rodeados de una endogamia y un amiguismo que a mi me flipa (este verbo se lo dedico a mi hija, coño).
"¿Qué hay de lo mío?"
Parece que si conoces a alguien que está bien situado, bien colocado... eso te va a ayudar en un momento dado para abrirte un hueco en determinado lugar. Y al final, se mezcla todo.
Sí, comprendo que está bien, dicen que hay que tener amigos hasta el infierno, pero yo creo que ahora se abusa demasiado.
Y, al fin y al cabo en el terreno privado, cada uno puede hacer lo que quiera con sus amistades y su familia, y si uno tiene un quiosco de pipas, por ejemplo, puede meter a media jornada al sobrino de turno. Pero, cuando el terreno ya no es privado, ay, ay, ay que entonces eso se llama tráfico de influencias, pero vamos que parece que este término cada vez se oye menos.
La mayoría de la gente funciona por intercambio de favores, y cuando en algún momento determinado a mí se me ocurre criticar esto porque sencillamente creo que está mal, pues se me tacha de "íntegra", pero con sorna.
Y, entonces, yo pienso que algo que se supone que es un elogio acaba siendo un insulto.
Porque hoy en día, ya se sabe el más tonto relojero.
Y si tienes un amigo aquí y otro allá, pues a lo mejor consigues una cita médica antes, un papel que te lo hagan en menos tiempo...y al fin y al cabo esto sería hasta "pecata minuta"...
Pero cuando esta actitud es continua en la vida, conozco a gente que funciona así. Es como un trueque continuo: Tú me das y yo te doy. Qué me das tú para que yo te dé.
Y a mí todo esto no me gusta nada, porque aunque a veces la tentación es más fuerte que una, al final la libertad puede más y a lo mejor la integridad está unida a ella. No lo sé. Si me dáis alguna pista os lo agradezco.