miércoles, 16 de julio de 2008

MI ENTRADA 136

Esta es mi entrada 136, y como es un número redondo, porque sus cifras suman 10, siempre me ha gustado jugar con los números, me va a servir para varias cosas.
Una.- Para agradecer todo lo que el blog me ha aportado hasta ahora.
Dos.- Por todo lo que he aprendido de mí en mis entradas.
Tres.- Por todo lo que he aprendido de mí, gracias a vuestros comentarios.
Cuatro.- Por todo lo que he aprendido de mí, gracias a vuestros blog.
Cinco.-Porque necesito hacer un parón, para analizarme, para dar más calidad, al menos la que creo que os merecéis.
Seis.- Porque estoy un poco dispersa (¡cómo me repito!)
Siete.- Porque es verano y cierro por vacaciones.

Un beso a todos, no sé cuándo volveré, intentaré empaparme de vida para seguir alimentando mi blog y mis comentarios en los vuestros.
Voy a reflexionar sobre la Ley de la intención, y sobre mi estado "japi"o "anjapi", ya os contaré a la vuelta.



Si he conseguido ver más lejos,
Es porque me he aupado en hombros de gigantes.
No sé lo que pareceré a los ojos del mundo,
Pero a los míos es como si hubiese sido
Un muchacho que juega en la orilla del mar
Y se divierte de tanto en tanto
Encontrando un guijarro más pulido
O una concha más hermosa,
Mientras el inmenso océano de la verdad
Se extendía, inexplorado frente a mi

Isaac Newton

miércoles, 9 de julio de 2008

EXHIBICIONISMO III

Voy a convertir en una entrada, la respuesta a vuestros comentarios. Y no por aprovecharme de ello para hacer una entrada, sino porque me voy a enrollar lo suficiente como para hacer otra entrada. Y porque siento que hay también algo de exhibicionismo en todo esto.
Lo primero de todo, quiero aprovechar a pedir disculpas, esto viene por el comentario de Javier que me dice que dónde están mis comentarios en su blog. El otro día Merche también me hizo un comentario "echándome una pequeña bronca".
Por una parte siento que he de pedir disculpas porque debe haber seguramente algo de cortesía entre nosotros, y últimamente estoy un poco dispersa y llego lo justo para escribir mis entradas. Pero por otro parte, a mí me ocurre una cosa en la que pienso mucho en las relaciones sociales de cada día. Con amigos, con compañeros, y en este caso con blogueros. Soy una persona muy independiente y me gusta ir a mi aire, no me gusta sentirme atada y me agobian las obligaciones en las relaciones. Todo esto, incluso releyéndome puede sonar egoísta, no lo sé. También comprendo que cuando uno entabla comunicación y relación con las personas debe haber un toma y daca, pero también libertad. Es muy difícil encontrar el punto medio de saber donde está cada uno y de encontrar el equilibrio entre dejar y exigir.
Quiero deciros públicamente que a mí el verano me dispersa, que cuento con el tiempo justo, que siento si no estoy a la altura en mis entradas y en mis comentarios en vuestros blogs. Pero que ante todo lo que más me gusta es la libertad de podernos decir entre nosotros lo que pensamos, sin miedo a herirnos ni a causar susceptibilidades.
A veces pienso que a lo mejor los blogueros tenemos algo de egocentristas y también de exhibicionistas, porque mostramos al público en general nuestros pensamientos, nuestras imágenes e incluso un poco de nosotros mismos. Nos desnudamos un poco. Este egocentrismo y exhibicionismo, tal vez nos lleva a "necesitar" de los demás. Porque a veces pienso qué sería del blog de cada uno si nadie entrara en él. Porque de cualquier manera existen esos diarios de toda la vida, que todos alguna vez hemos escrito en los que nos confesamos a nosotros mismos sin necesidad de que nadie nos lea. También es verdad que en el mundo de los blog hay auténticos artistas (entre los que por supuesto no me encuentro) de la literatura, de fotografías y de temas variados más allá de uno mismo, pero incluso estos si no fueran visitados por nadie, no sé si morirían.
No sé hasta que punto verdaderamente necesitamos exhibirnos y recibir respuestas de los demás, y cuando esto no ocurre nos frustramos.
¿Somos porque somos o porque necesitamos que los demás nos reconozcan para saber más de lo que somos?

martes, 8 de julio de 2008

EXHIBICIONISMO II

El botellón.
Y qué voy a decir que no esté dicho, manido, hablado y requetehablado.
El botellón.
Acaban de ser las fiestas de Burgos, y ya se sabe, hoy en día cualquier motivo es bueno para hacer botellón. El Paseo de Atapuerca, llamado así porque está paralelo al Museo de la Evolución Humana (en construcción), otros años se llenaba de los puestecitos que colocan en las fiestas, donde se vende de todo. Pues bien este año ese mercadillo se ha trasladado a otra zona. Con lo cual este Paseo, en pleno centro de Burgos, se ha convertido en lugar para hacer botellón porque además está al lado del río. Con lo cual tenías que ver al pasear por ahí a todo tipo de personajes, de una media de 16 años, bebiendo, fumando, meando y haciendo todo tipo de gilipolleces, esas que se hacen cuando además de joven no sabes beber.
Dicen, creo entender a lo mejor estoy confundida, que está prohíbido hacer botellón.
Vamos a ver si escribiendo y exponiendo este tema lo mejor que pueda, me aclaro y de paso me ayudáis a hacerlo.
En Burgos hay una serie de lugares, conocidos públicamente por casi todos los burgaleses, donde se hace botellón. Suele ser, pena me da, en las orillas de nuestro río Arlanzón.
Es cierto, y me da la impresión de que me estoy explicando mal, que las cosas que no están bien da igual donde se hagan, o no. Porque incluso hay muchas cosas que están muy bien y tampoco da igual donde se hagan.
Porque digo yo, creo que hay muchas cosas que tienen un valor hasta agradable siempre que se hagan en la intimidad, en el momento que se hacen cara al público, creo que pierden el respeto por sí mismos los actuantes y además pierden el respeto a los demás.
Estos días he conocido por la prensa que un ciudadano español, de Béjar para más señas (me he acordado de Javier) ha sufrido en propias carnes las consecuencias del botellón. No sé si la noticia estará o no manipulada. Este hombre vive en una casa con su familia tranquilamente, y cerca se ha puesto de moda el botellón. Pues bien, él creo que lo que hizo fue denunciarlo. Y al final el mundo al revés. Quien se supone que tiene la razón es increpado a la puerta de su casa por una "manada" de jóvenes quienes le insultan de hijoputa para arriba.
Pues nada, que yo no entiendo nada.
Que lo que digo, los educados, los cívicos, los que queremos vivir en paz nos vemos violados en nuestros mínimos derechos y si encima denunciamos somos perseguidos.
Pues que yo no entiendo nada, lo siento.
Y es que creo que a los jóvenes ahora les gusta beber y les gusta exhibirse, les gusta tanto beber como que se les vea bebiendo, es como una provocación a los demás. Y además dentro de esta moda está incluido el dejar todas las botellas, cajas de cartón, bolsas de supermercado...claro los orines, vómitos...y demás pampurrias...
Y así seguimos teniendo que ver espectáculos de los exhibicionistas de turno.

domingo, 6 de julio de 2008

EXHIBICIONISMO I

Estoy llegando a la conclusión últimamente de que nuestra sociedad se ha vuelto exhibicionista, a mí al menos me lo parece.
Es como que la gente todo lo que hace (o hacemos, no sé) lo hace hacia fuera, hacia el exterior.
A la gente no parece importarle, o voy a decir mejor a algunas personas, la repercusión de su conducta en otras.
Voy a ir al grano.
Por ejemplo, lo que yo llamo exhibicionismo sonoro, que por otra parte no sé si está multado o no. Esos coches que van con el "tachuntachuntachun", con esa música tecno, o como se quiera llamar. ¡Coño! que a mí no me interesa lo que tú estás escuchando. Esque no sé, tal vez sea eso, que la gracia está en que ese tipo de personas pone la música a tope en el coche, y abre sus ventanillas porque lo que quiere es ¿joder? al personal. O simplemente es que a estos individuos les importa un bledo lo que pueden o no molestar. Y no sé si lo que ocurre es que me estoy haciendo mayor, pero de verdad no lo entiendo.
Porque a mí la música me gusta como a la que más. A veces escucho ópera en el coche, y la pongo alta, la verdad, y a lo mejor tendría la tentación de abrir mis ventanillas para que todo el mundo la escuchara, porque a mí me parece una maravilla. Pero, lógicamente, no se me ocurre.
De verdad que no lo entiendo. Y cada vez que me encuentro con un tipo (-a) de estos(-as) es que me entran unas ganas de decirle "ponla más alto, cabrón (-a), que no se oye", pero me aguanto por varias razones; una, porque a lo mejor sale del coche y me da una buena leche, si encima me he atrevido a insultarle, otra porque en el fondo yo creo que eso les pone más y les gusta. Así que hay que seguir el camino y como si nada.
Y, claro al final como que llego a la conclusión de que la batalla la perdemos los educados, los cívicos, los correctos. Porque acaba primando la malaeducación. Y los demás tenemos que aguantarnos con lo que toca porque cualquiera dice algo, además a lo mejor ni nos oyen porque debido a esta contaminación acústica nos llegaremos a quedar todos sordos.

jueves, 3 de julio de 2008

AL MAR

El mar.
Su inmensidad.
Su grandeza.
Que no, que no puedo hacer nada.
Que me anulas.
Que me conviertes en sólo espíritu y pensamiento.
En esencia.
Me diluyo en tu liquidez.
Me adormezco contigo.
Me dejo acunar por ti.
Y entre tus brazos, mecer.
El brillo del sol sobre ti me emborracha de paz.
Y no puedo hacer nada.
Sólo puedo ser, sólo.
Sólo estar y dejarme llevar.
Sin hacer nada:
el mar me hipnotiza.
el mar me relaja.
el mar me abandona.
No puedo leer.
No puedo hacer nada.
Sólo mirarlo.
Sólo escucharlo.
Cerrar los ojos o abrirlos.
Ahí, estás, te apoderas de mí,
me absorbes,
me dominas,
me engulles,
me aniquilas,
me posees,
Y me dejo.
Tal vez fui sirena.
Tal vez, o pirata.
¿Quién sabe?
Después de ti,
sólo me cabe mirar al cielo.
Al cielo de mi Castilla.

Escrito a mano, como en los viejos tiempos, después de un baño de una hora y sentada frente al mar, a primera hora de la mañana. No había nadie a 100 metros a mi alrededor.

miércoles, 2 de julio de 2008

vacaciones

He desconectado.
He descansado.
He hecho nada, o casi nada.
He estado con los míos.
Lo necesitaba.
Lo necesitábamos.
He paseado.
He contemplado.
He dormido.
He siesteado.
Me he tumbado en la playa.
La tranquilidad de junio en Levante.
¡Qué suerte!
¡Qué poca gente!
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Me persigue tu mirada,
"negrito" de la playa,
no puedo mirarte a los ojos,
te miro de lejos,
pero no a la cara.
Me llevo tu mirada,
"negrito" de la playa.
Mi hijo me decía:
"cómpraselas todas"
"cómpraselo todo"
camisolas, pareos,
coca-colas.
Y el "negrito",
los "negritos",
allí están
todos los días,
a partir de las once,
desembarcan.
No puedo mirarte a los ojos.
Soy demasiado cobarde.
Te llevo en mi corazón,
pero eso es demasiado tarde.
Y, demasiado cobarde.