lunes, 12 de mayo de 2008

LA FAMILIA POLÍTICA

Este fin de semana he estado de comunión, fiesta típica donde las haya del mes de mayo de esta bendita España. No voy a hablar de este tipo de acto social porque no me da la gana.
El caso que este acontecimiento me ha llevado a Madrid, ciudad donde vive mi familia política.
Y, la verdad, que lo de la familia, en general, es un poco petardo. Porque aunque la sangre tira, todos sabemos que esto no se elige, vamos que donde te toque te ha tocado, te guste o no. Y además es para toda la vida, y no es cuestión de crear cismas (por lo menos eso pienso yo) ni grandes dramas.
Luego está la política, que si la natural no la elegimos, pues ésta mucho menos (bueno en realidad la elegimos, más que nada es que viene en el lote). Y además cuando te toca ya tienes unos añitos y vas a entrar a una casa donde la fiesta empezó hace unos cuantos años antes de que tu llegaras, y claro enterarse de que pie cojea cada cual y dónde está el sitio en que debes colocarte, de qué hablar y de qué no hablar... pues lleva su tiempo y su ingenio.
Tengo la suerte, que en general con la de toda la vida no me ha ido mal y con la añadida tampoco. Sobre todo porque la política la tengo en Madrid, esto tiene cosas muy buenas. Al no vivir en la misma ciudad esto te permite crear una distancia física y emocional que es muy sana para mantener, lo que se dice vulgarmente, un buen rollo. Y además, me permite acercarme de vez en cuando a esta ciudad que me priva, y sobre todo por un módico precio porque los hoteles en la capital (y en toda España) son carísimos.
Si ya lo digo yo, no hay cosa mejor que ser positivo.
Últimamente me está dando por pensar que una de dos, o a raíz de cumplir los cuarenta es como si me he metido un chute de optimismo, o es que he tenido mucha suerte en la vida...porque estar contenta de la suegra y las cuñadas con lo mal que suenan estos sustantivos...