domingo, 16 de marzo de 2008

de repente domingo, y son las 23.30

Pues que me han robado el fin de semana.
Que se me ha ido de las manos.
Que me lo han quitado.
Que no me he enterado.
No he parado.
El sábado empezó pronto, a las ocho de la mañana en pie. Actividades deportivas de mis hijos, compra para toda la semana. Eso sí, cayó la siesta vespertina, como dios manda. Pero enseguida se hicieron las ocho de la tarde, había que prepararse, cena con amigos, de las que me gustan, cada uno lleva un plato, se comparte todo. Lo pasamos fenomenal. Risas, música y bailando hasta las cuatro de la mañana, fiestuqui tipo guateque.
Hice el gamberro, otra vez.
Hoy domingo, comida familiar, en mi casa, hemos sido nueve, tampoco tantos...Pero con un cuerpo resacoso y una voz entre travesti y cazallera que no me la salta un gitano. Hoy, no ha habido siesta, hemos estado de tertulia hasta bien entrada la tarde.
Y miro el reloj y son las once y media. Mañana lunes y no me he enterado del fin de semana.
Eso sí, por lo menos está a punto de terminarse esta semana que empezó muy tonta.