martes, 18 de marzo de 2008

LA FUENTE DE LA PLAZA DEL SOBRADO
















Siempre me han gustado las fuentes. Siempre me he fijado en ellas.

Recuerdo de niña cómo me gustaba beber a morro , incluso he de confesar que a veces también llenaba mi boca de agua para derramarla sobre la cara de algún amigo, hasta ese momento claro.

Cada vez hay menos fuentes.
¿Será por la sequía?

Y recuerdo a mi madre:"no chupes del caño, hija". A veces sacaba un vaso de plástico que se guardaba en el bolso, y que se abría y se plegaba después.
Ahora los niños beben de las botellitas de agua mineral.

Hoy voy a beber de una fuente.
El caño de la fuente de la Plaza del Sobrado .
Que Pedro me ha puesto la tarea, parece que ha sido cortés brindándome una entrada, pero como que me ha obligado. Esque estos profes...

De la opinión de la plaza ya he dado cuenta en la acequia.
Después de casi un año de obras, la primera mañana que pude acceder a la plaza, me deslumbró el caño de la fuente.

Esa fuente de piedra rústica, con un caño dorado pareciendo simular a las griferías de los baños de los jeques de Marbella, por lo menos.
Imagino, cada mañana, a un empleado público del ayuntamiento friccionando sobre dicho caño con ciertos movimientos, debe ser con sidol porque brilla que te cagas.
En algún momento, alguien habrá elegido dicho caño, con el consentimiento de otro alguien. A lo mejor ha habido hasta una comisión, con su orden del día, su acta y su secretario para dar fe. La Comisión electora del caño de la fuente de la Plaza del Sobrado.

Que la pobrecita fuente, es verdad, antes estaba muy sucia, y dicen que allí se lavaba de todo...pero que ahora ese pitorro es la guinda al mal gusto. Me temo, incluso, que hasta alguien envidie dicho grifo y este deseando arrancarlo para llevarlo a su casa, hay gustos para todo.

Mientras tanto, el caño-perro, ahí sigue esperando a que cada mañana le frote la cabecita el funcionario de turno para lucir sus mejores galas, brillando igual que si estuviera en el baño más lujoso de cualquier hortera.