sábado, 19 de enero de 2008

ESOS MIS LOCOS, YA NO TAN BAJITOS



Mientras escribo, estoy escuchando a Serrat.

Ando un poco floja últimamente, y si encima me está dando por escuchar a Serrat, no sé cómo acabaré...

Su voz me envuelve de melancolía, pero tal vez es lo que quiero y me apetece en esta tarde de sábado, rara y extraña. En un día que tocaba nieve y le da por hacer sol, que me parece una maravilla, pero que este anacronismo meteorológico me afecta.

Es enero y tiene que hacer frío, helar, nevar...y no esté sol de primavera, que luego cuando llegue ésta, en Burgos se arrancará a nevar.


Mis hijos,

los hijos.

Y vaya, que parece que esto lo llevo yo mal últimamente.

Vamos, si es que casi me estoy dando cuenta de que me estoy haciendo mayor y resulta que tengo una adolescente en casa, que es un cielo, pero que discuto con ella por todo.


"Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir..."


Si estoy aprendiendo a vivir y a aceptar la vida, si todavía tengo que aprender a quererme, si todavía tengo tanto que aceptar de mi persona; y a la vez tengo que saber estar ahí, saber ...

y esto últimamente me parece tan difícil...

Si hace dos días me los llevaba a todas partes, a hacer el Camino de Santiago, en bici, al cine, exposiciones... Y ahora, sobre todo a mi hija, cualquier cosa que planteo es "friki".


"Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación..."


Que me cuesta que se me hagan mayores.

Que ya no puedo "dominarles", que es que yo soy muy mandona, no lo niego.


Y cuestionarme si lo hago bien. A donde irán. Que está todo muy mal.

Que si internet, que si el botellón, que qué estará haciendo... (y cuando pienso esto, me veo tan mayor)

Que hace dos días les daba la papilla, y mi hija va y viene ya con sus llaves. Que me encanta que sea independiente pero que a la vez me cuesta tanto el ver que, como diría mi abuela, chospe ya ella solita.


"Nada ni nadie puede impedir que sufran...que las agujas avancen en el reloj...."


Que se me hacen mayores.

Si yo reconozco que cuando eran pequeños me agobiaba el hecho de su dependencia, y ahora que no lo son me siento liberada. Pero, siento que estoy más preocupada, y no lo puedo evitar.

Nunca he sido una madre "agonías" ni protectora. En el parque o en cualquier sitio enseguida les he dejado a su aire, si se caían esperaba a que ellos se levantaran. Enseguida he sentido la necesidad de que fueran autosuficientes en los aspectos primarios de la vida (comer, vestirse, ducharse... ellos solitos). Y sin embargo, ahora tengo ¿miedo? No sé lo qué es, estoy intentado averiguarlo y por eso hago hoy está entrada.


Es lo que más quiero en el mundo, el que es madre o padre lo sabe.
"que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós"