miércoles, 9 de abril de 2008

LAS GAFAS DE COLORES


Hoy llueve.
El día no puede estar más gris.
Probablemente hoy no necesite gafas de sol.
Estaremos casi todo el día con luz artificial.
La lluvia ha llegado, por fin. Al menos en Burgos, y dicen, que en casi toda la península.
Este agua necesaria.
Este agua que nos arrastra.
Que nos limpia y nos calma.
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Últimamente mis blogueros amigos andan un poco grises,
no sé, a lo mejor es que yo tengo siempre puestas mis gafas de colores.
Un amigo mío siempre me reñía y me decía: "Pero, qué pasa que ves la vida de colores, o qué?".
Pues, vamos a ver, tonta precisamente creo que no soy.
Tal vez estoy en los mundos de Yupi, no lo sé.

Pero, esque creo (no voy a decir que estoy convencida, pues mis conocimientos son limitados, sobre todo acerca de las cifras y de las estadísticas) que todos los días los colores pintan nuestras casas, nuestras calles, nuestras ciudades y nuestras tripas (iba a decir almas, pero por si acaso prefiero utilizar este término que me gusta más).
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Os invito a un juego.
Poneros (aunque sea sólo un ratito) las gafas de colores y después de pensar un poco me contáis una BUENA NOTICIA.
Estoy harta de escuchar emisoras, leer periódicos, ver telediarios, entrar en internet...y descubrir:
exmaridos que matan,
vacas que están locas,
pederastas que aniquilan la inocencia de cualquier niña,
hambrunas que arrasan,
pueblos que oprimen a todos,
esclavitudes permanentes con disfraz de liberación,
sequedad en la tierra...

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Hoy voy a sintonizar la emisora de la radio de las buenas noticias y me voy a poner las gafas de colores:

Hoy mucha gente se levantará a luchar por su vida, sin más, a ganarse la vida, sin más.
Hoy mucha gente amará a su pareja, a sus hijos, a sus amigos...
Hoy mucha gente va a sonreír.
Hoy mucha gente cogerá el coche, irá a trabajar y volverá a casa, cenará, leerá un rato, escribirá en su blog, verá la tele...y se irá a dormir, sin más.

Hoy es un día cotidiano y ordinario y pasarán cosas extraordinarias, pero nadie las contará.

Nota: dedicado a mi padrino bloguero Pedro