jueves, 20 de noviembre de 2008

pines, códigos, contraseñas y demás...

Nuestra vida, mi vida
está llena de códigos.
Desde que me levanto.
Llego al trabajo:
contraseña o password----
para entrar en mi ordenador.
Si quiero usar mi teléfono móvil
después de desconectarlo
me pide el pin ----
Cuando voy a sacar dinero
meto la tarjeta
y me pide el número secreto----
Para entrar en el correo electrónico
del trabajo
me pide contraseña----
Para poder entrar en mi blog
y en los vuestros
tengo que volver a meter otro código----
Y si encima tengo otro correo electrónico,
por ejemplo
el del trabajo, otra contraseña----
y el de gmail
otra contraseña----
Para hacer fotocopias, la maquinita
me pide otro código ----
Y cuando me enseñaron eso del facebook
me pide otra contraseña ----
Cuando me piden mi número de teléfono
casi se me olvida.
Y el otro día fui a arreglar el coche
y no me acordaba de darles la matrícula.
Y espera que en este mes tengo dos cumpleaños,
y ahora no me acuerdo de quién, ni qué día.
Y al mes que viene, creo que es navidad.
Bueno, por ahora cuando me meto en la cama,
uno de los momentos más placenteros del día
ésta no me pide ni pin, ni puk, ni ná de ná.
Cuando voy a desenrrollar el papel higiénico
de su lugar tampoco me pide ningún número,
menos mal, porque si en ese preciso momento
se me olvidase...
Cuando me ducho, tampoco, menos mal, sobre
todo en el momento del gel y del champú y de
aclarar, no quiero pensar si en ese momento
la ducha me pide un código y éste se me olvida.
Menos mal que tengo apuntados todos los códigos
en una libretita, y que por ahora no estoy mal de
memoria, que sino ....
Ni puedo trabajar
ni me puedo comunicar telefónicamente
ni podría entrar en mi blog
ni recibir correos electrónicos.
Mi vida, nuestra vida
es un código, es un password, es un pin...
Da pánico, no???

9 comentarios:

Unknown dijo...

Argghh!!! visto así da pavorrrr... :(

Francisco O. Campillo dijo...

Códigos, códigos, códigos...
¡Qué razón tienes!

Unknown dijo...

Hola, y lo de la cama será porque no tienes alarma en casa que si no...
Besos guapa.

jg riobò dijo...

Todo codificado.
Todo fichado.
Todo medido.
La revolución es saltarse los códigos.

Merche Pallarés dijo...

Y espera a que seamos unos "chips" y no me refiero a las patatas... Lo bueno de eso será que tendremos todos los pins y contraseñas grabados a fuego dentro de los mismos. Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me gusta esta entrada. Dentro de poco nos instalarán el chip de serie, al nacer.

Teresa dijo...

Cuando llegue ese día...
en el que se te olviden todas las contraseñas..
piensa que estarás jubilada..

por cierto... 34&%*no
jeje

Isabel Huete dijo...

Llevas toda la razón pero siempre fue así, lo único que pasa es que ahora la electrónica nos obliga a poner códigos si queremos disfrutar de ella y quizá podamos sacar una ventaja positiva: preserva nuestra intimidad aunque algunos se vuelvan locos por querer inadirla y a veces lo consigan.
Cuando estaba interna en el colegio todas las alumnas teníamos un número con el que marcábamos nuestra ropa, nuestros libros, nuestras pertenencias. Yo tenía el 999... Curioso.
Bonito post.
Un besazo grande.

Exiliado dijo...

Facil... Usa siempre el mismo..... Y lo se, va en contra de la politica de las empresas. pero... que les den!
Besotes