domingo, 4 de mayo de 2008

URUEÑA

Me levanté el sábado con espíritu inquieto.
Hacía un sol espléndido.
Demasiado calor para mayo.
Estos días largos me dan vida.
Soy un poco mandona, tengo que reconocerlo. Más que mandona, soy de organizar, como digo yo.
Pues bien, organicé a los míos, fuimos sólo cuatro. Otras veces lío a más gente.
Inés no quiso venir: cosas de la edad. Hice un trueque con una amiga y cambié a mi hija por la suya, tiene ocho años y es más "domesticable".
Así que hice unos bocadillos de tortilla de patata y de jamón serrano con tomate y un poco de fruta.
Salimos tarde, a eso de la una, mi hijo tenía su partido de fútbol, y eso es imperdonable. Algún día hablaré de la importancia del fútbol en esta familia mía.
Primera parada, Tordesillas. Este pueblo ya le hemos visitado más veces. Me encantan los ríos, y los pueblos con río. A la salida del pueblo, cerca del río buscamos una sombra y extendimos nuestro pequeño campamento de "sabaderos", bajo la sombra de unos chopos altos, algunos los habían talado.
Nos comimos nuestros bocadillos y nos dejamos llevar por el sonido del río y de las hojas de los árboles. Los niños incluidos caímos en una pequeña siesta a la orilla del Duero (gracias, Pedro).
A eso de las cuatro y media espabilamos y fuimos camino a Urueña.
En el blog de Javier hace unos meses conocí este pueblo, y desde entonces tuve inquietud por conocerlo. Aparte, algún medio de comunicación últimamente ha dado a conocer este pueblo, por el tema del libro, ya que se conoce como la Villa del Libro.
No hice fotos, no llevaba cámara.
Cuando te vas acercando a él, sólo divisas una muralla, y te imaginas que dentro está el pueblo.
Dejamos el coche en la ermita, que está abajo, y subimos andando.
Pateamos y paseamos el pueblo. Tuve especialmente presente a Javier G. Riobó.
Pensé que iba a haber mucha gente, ya que se le ha dado mucha publicidad a Urueña últimamente, y además era pleno puente de mayo. Mi sorpresa fue grata al ver que había gente, pero no demasiada.
Visitamos todas las librerías, la que más me gustó, y ahora no recuerdo el nombre, ¡qué torpe, soy! fue la que regentaba un chico con el que estuvimos hablando media hora larga. Un tipo que estuvo viviendo en América, trabajando como reportero y ahora se ha embarcado en esta aventura. Tenía libros diferentes, originales, no los típicos que se pueden encontrar en cualquier librería. Transmitía su amor por el libro en sí. Y se le notaba cuando hablaba de ello.
Este pueblo, me imagino, que ha perdido en cierta forma su valor medieval porque se ha convertido un poco en una especie de pequeño parque temático. Pero a mí me envolvió y me gustó. Y recomiendo la visita. Desde aquí, gracias Javier.

8 comentarios:

ana dijo...

Pilar,
que excursión, mi iba a peteciendo todo, incluído los bocatas. No has hecho ninguna foto?
Tordesillas, creo que es precioso, tendré que ir, era demasiado pequeña para acordarme de aquello...
un beso Pilar,
ana

Teresa dijo...

Ay Ana, acabas de tocar mi fibra sensible. Cómo me gusta la mujer de la foto.

Pilar qué envidia me has dado con la parada en Tordesillas, el río, la merienda... es un placer tan sencillo y tan rico.. mmmmmmhhh
He tenido más suerte y Pilar me ha hablado de algunos libros muy interesantes que encontró.

Unknown dijo...

Buen día el sábado para ir a Urueña, si que me da envidia si, yo lo pase entre libros (como siempre) y luego comiendo bajo un árbol también, no estuvo mal, pero en tareas pendientes tengo a Urueña.
Cada vez tengo más ganas. Saluditos.

jg riobò dijo...

No has hablado de la puesta de sol. Si te la has perdido, tienes que volver, es impresionante.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Urueña merece siempre un viaje. Lo mereceía más antes que ahora, pero sigue valiendo la pena.

Merche Pallarés dijo...

Tanto Tordesillas como Urueña estaban incluidos en unos folletos sobre los pueblos pintorescos de España que dábamos a los turistas canadienses en la ONET (Oficina Nacional Española de Turismo) Por si te habías olvidado... Besotes, M.

PILAR dijo...

Efectivamente fue un día genial.
Javier, tendré que volver, no ví atardecer, mecachís.
He de decir que me encantó Urueña, a pesar de ciertas cosas, lo aconsejo.
BESOS A TODOS, CORAZONES

Teresa dijo...

¿cómo va el río, se encauza?