¿Qué hago yo sin esa hora?
Y de repente, me roban una hora. Bueno, de repente no, que es todos los años, y ya se encargan de recordárnoslo.
Ya, que me la devuelven, que yo la presto y en seis meses me la devuelven.
Si hace ya seis meses me la dieron.
Pero ahora me la quitan.
¡qué lío!
Y entonces cuando me levante será otra vez de noche.
Y me costará recogerme en casa porque será todavía de día.
Y a mis hijos, igual. Y encima les costará un montón levantarse.
Va, si total es sólo una hora.
Pero, qué coño, que a mí me cuesta. Será el biorritmo ése.
Y vuelven los pájaros a cantar.
Y las margaritas llevan tiempo ahí encima de lo verde.
Las yemas ya han brotado.
¡ya es primavera!
En Burgos va adelantada, este año, casi como en el Corte Inglés.
Y, yo sin mi hora.
Adelanta los relojes, que sino no llegamos.
Que son decisiones de Europa.
Que si la luz, que si no sé qué. Que nunca lo entiendo.
Que me quitan la hora,
que me la vuelven a quitar.
Que nos la quitan a todos.
¡Qué rabia que me da!
6 comentarios:
Hay cada cerebro ingeniero... ¡Atención futuros estudiantes de ingeniería... absténganse de tocarlas bolas, si no saben en qué emplear su talento vayan todos a rezar!
¡Qué bien que has vuelto, no importa a qué hora!
¡Tenemos que hacer una agrupación de cabreados contra el cambio de hora! Cómo se me ha puesto la casa de minutos perdidos...
Pilar, ésto de las horas a mi tambien me traen por la calle de la amargura. ¡Qué trastorno, por Dios! ¿Tu crees que se ahorrará tanta energía como dicen? Me parece a mi que es mas para fastidiarnos que otra cosa. ¡Qué asco de globalización! Besotes, M.
Encantado de tu vuelta con una hora menos.
Gracias, chicos,
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