Se supone que hoy puedo celebrar algo, ésta es mi entrada cuarenta y siete, ya lo sé no es mi entrada cincuenta que sería más normal, pero este número me gusta.
Llevo dos meses y pico en esto.
Me gusta, me obliga a ponerme las pilas, creo que esto ya lo he comentado alguna otra vez.
No tengo ningún método, no tengo ningún fin.
Es más, no sé hasta dónde llegaré y hasta cuándo aguantaré.
Lo que sí quiero es ser libre.
Ser yo en mi blog.
Transmitir, no sé si lo consigo, mi alegría en ciertos momentos, mi tristeza en otros, mi mala leche, mi carácter. Mis "valores" (es que no me gusta este concepto) de libertad, de naturalidad, de transparencia; de querer vivir, en definitiva.
A día de hoy me sigo preguntando quien me ha traído hasta aquí (me refiero al blog) y por cierto no puedo evitar acordarme del último libro de Óscar Esquivias, "Viene la noche", por el tema de los paréntesis, y es que yo creo que abuso de ellos como Benjamín. Aprovecho para comentar que he pasado unos ratos muy agradables y que el libro me ha encantado. Es sencillo y además me he reído mucho. Ahora he cogido "La suite francesa" que como muchos otros libros le dejé a medias, y espero volver a retomarlo.
Lo mío con los libros es de poca fidelidad, como no me enganchen les dejo por otro, pero al paso del tiempo me entra el gusanillo y vuelvo a intentarlo. Ellos siempre están ahí esperando a que yo los coja.
Y bueno, he pasado de un tema a otro.
Estoy escribiendo tal cual, según me viene a la cabeza.
En una tarde de martes de carnaval. Recuerdo en tiempos ir una noche como la de hoy al entierro de la sardina y vestirme de viuda, y llorar y llorar, era divertido. Pero, creo que hoy no voy a estar por la labor. El espíritu me llama, pero mi cuerpo me dice: "qué a gustito se está en casa, deja, deja", ya lo sé, me estoy haciendo mayor.
Mi hija está estudiando y me toca en diez minutos preguntarle un tema que trata de los voltios y todo eso, "uf". Luego cenaremos en familia, y leeré un poco. Y así, habrá pasado un cinco de febrero, que por cierto es Santa Agueda, las mujeres en un día como hoy en muchos pueblos toman el mando. Esta noche brindaré por las Aguedas y por mi entrada cincuenta en mi copa de vino.
Gracias a los que me dáis ánimos a seguir, y sobre todo a Pedro, Javier, Ana, y a los comentaristas que suelen entrar de vez en cuando Pancho, Bipolar, Perla, Francisco, Blogófago y a todos los que me leen y no se atreven a comentar...
Gracias a todos y a por otras cuarenta y siete...
martes, 5 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
felices 47 entradas!
Me alegro de que te guste, y al cabo de estas 47, estés como parece orgullosa de tu blog.
Creo que ya te dije que personalmente me parece una terapia excelente. Pero además es muchas otras cosas. Vas descubriendo cosas de ti, cualidades personales que no habías visto, desarrollas la ternura verbal que desconocías y ...te gustas más (algo muy importante).
Pues salud! por esas 47 o 50, entradas y demás confesiones.
Un beso y a seguir bien,
ana.
Ahora que lo pienso, 47 es un buen número y demuestra originalidad celebrar la entrada 47 y no la 40 o la 50.
Y me gusta tu entrada 47 porque no tiene más hilo conductor que la vida, mixta de muchas cosas: lecturas, recuerdos, sensaciones, hijos, me gusta.
En breve saco una segunda entrada sobre Viene la noche.
Bien. Puede que esté en circunstancias parecidas, y veo que buscas la libertad. Es lo más importante que tiene el ser humano, después de la vida, claro está. La libertad...de ir, de volver, de pensar, de escribir, de comunicarse con los demás. Un saludo a nuestra libertad. Manzacosas
Yo nunca he ido de viuda inconsolable. Por cierto, me lo plantearé para el próximo año
;-)
¡Felices 47!
Gracias por tus 47 entradas.
Reflejan tu vida y te reflejan.
Gracias por aclararme el lío de dos blogs que son uno.
Publicar un comentario