Mientras escribo, estoy escuchando a Serrat.
Ando un poco floja últimamente, y si encima me está dando por escuchar a Serrat, no sé cómo acabaré...
Su voz me envuelve de melancolía, pero tal vez es lo que quiero y me apetece en esta tarde de sábado, rara y extraña. En un día que tocaba nieve y le da por hacer sol, que me parece una maravilla, pero que este anacronismo meteorológico me afecta.
Es enero y tiene que hacer frío, helar, nevar...y no esté sol de primavera, que luego cuando llegue ésta, en Burgos se arrancará a nevar.
Mis hijos,
los hijos.
Y vaya, que parece que esto lo llevo yo mal últimamente.
Vamos, si es que casi me estoy dando cuenta de que me estoy haciendo mayor y resulta que tengo una adolescente en casa, que es un cielo, pero que discuto con ella por todo.
"Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir..."
Si estoy aprendiendo a vivir y a aceptar la vida, si todavía tengo que aprender a quererme, si todavía tengo tanto que aceptar de mi persona; y a la vez tengo que saber estar ahí, saber ...
y esto últimamente me parece tan difícil...
Si hace dos días me los llevaba a todas partes, a hacer el Camino de Santiago, en bici, al cine, exposiciones... Y ahora, sobre todo a mi hija, cualquier cosa que planteo es "friki".
"Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación..."
Que me cuesta que se me hagan mayores.
Que ya no puedo "dominarles", que es que yo soy muy mandona, no lo niego.
Y cuestionarme si lo hago bien. A donde irán. Que está todo muy mal.
Que si internet, que si el botellón, que qué estará haciendo... (y cuando pienso esto, me veo tan mayor)
Que hace dos días les daba la papilla, y mi hija va y viene ya con sus llaves. Que me encanta que sea independiente pero que a la vez me cuesta tanto el ver que, como diría mi abuela, chospe ya ella solita.
"Nada ni nadie puede impedir que sufran...que las agujas avancen en el reloj...."
Que se me hacen mayores.
Si yo reconozco que cuando eran pequeños me agobiaba el hecho de su dependencia, y ahora que no lo son me siento liberada. Pero, siento que estoy más preocupada, y no lo puedo evitar.
Nunca he sido una madre "agonías" ni protectora. En el parque o en cualquier sitio enseguida les he dejado a su aire, si se caían esperaba a que ellos se levantaran. Enseguida he sentido la necesidad de que fueran autosuficientes en los aspectos primarios de la vida (comer, vestirse, ducharse... ellos solitos). Y sin embargo, ahora tengo ¿miedo? No sé lo qué es, estoy intentado averiguarlo y por eso hago hoy está entrada.
Es lo que más quiero en el mundo, el que es madre o padre lo sabe.
"que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós"
6 comentarios:
Cuesta que se hagan mayores. Pero es ley de vida. Se transforman poco a poco en un igual a tí.
El miedo nunca va a desaparecer, pero es un placer vivir como se hacen mayores y se convierten en personas autosuficientes, con su propia personalidad.
Pienso que es uno de los textos más sinceros y emotivos de tu blog. Y la foto es muy buena.
Nos hacen mayores nuestros hijos y nos llevan a preguntas y reconciliaciones con muchas cosas mal asumidas de nuestro pasado.
Y al final sólo queda seguir mirándolos como hacías tú en el parque: esperando primero a que se levanten cuando se caigan.
Saludos en este sábado tan extraño.
Como decia un tal Pablo Ibañez (un tio que a mi me parece que cantaba muy mal, pero que decia cosas bonitas alla por los 70) algun dia les podras decir a tus hijos cuando lean esta entrada:
"Entonces siempre acuérdate,
de lo que un día yo escribí,
pensando en ti, pensando en ti,
como ahora pienso."
Otro padre superado
Mira por dónde, yo tuve un sábado melancólico como el tuyo Pilar;
pero a mi se me antojaba bailar con alguien, recibir un abrazo prolongado y envuelto de música romántica. No dejaré de ser una cursi en mi vida.
Para los que tenemos que hacer de padre y madre cada día,
porque estamos solos,
porque nuestros hijos crecen sin uno de ellos a su lado,
Porque el trabajo se duplica y los medios se reducen a la mitad,
consuelate conmigo.
Ya te dije, uno de casi trece y otro de casi 11,
y yo, con casi 47,
casi...siempre...volando.
Soy una inconsciente.
Besos Pilar,
ana.
Nuestros hijos, esos locos bajitos a quienes tenemos que ayudar a ser independientes. No nos queda otra.
Y Serrat.
Veo que compartimos gustos.
Un abrazote desde el ciberespacio.
Gracias a todos, la verdad es que esta entrada (en realidad todas) la hice muy desde dentro.
Gente que me lee y no me comenta dice que le ha calado. Me alegro.
Saco de cada uno de vosotros una lección. Seguiremos aprendiendo unos de otros.
Un abrazo a cada uno de vosotros.
Gracias otra vez.
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