PUERTAS ABIERTAS en la cárcel de Burgos.
Qué curioso.
¡Ah!, pero son sólo para entrar, no para salir.
Bueno, si para entrar están siempre abiertas, ¿o no?
¡Ah!, pero son sólo para periodistas, no para cualquiera.
Para entrar, pero para el que TENGA que entrar.
Que si yo quiero entrar no puedo, no soy periodista, no estoy acreditada.
Bueno, sí puedo, pero no quiero, no debo.
Pero si quiero, entro, mira que entro, ¿eh?
Jornadas de puertas abiertas, señores,
Pasen y vean.
Entren, entren.
Ya se sabe, esto de las Puertas Abiertas está de moda.
Antes, cuando decidías entrar, visitar o ir a cualquier lugar era con todas las de la ley (nunca mejor dicho). Cuando ibas, ibas, te arriesgabas, nunca antes lo habías visto porque nada te lo proporcionaba, tal vez alguien te lo contaba, a lo mejor tenías la suerte de tener alguna foto que alguien guardaba o leías algo en alguna enciclopedia, pero tampoco te planteabas la anticipación.
Yo, por ejemplo, creo que cuando fui al colegio, no lo ví hasta el primer día, creo recordar, claro que tampoco lo recuerdo.
Ahora no, ahora puedes pasarte varios días de tu vida excursioneando por diferentes lugares como si de ver exposiciones se tratase.
Se elegían las cosas, probablemente, con menos argumentos. Pero ahora, todo está previsto, todo está calculado, todo se conoce y se ve antes de ser visto.
En este caso, prefiero sólo visitarlo virtualmente, lagarto-lagarto.P.D. Necesitaba volverme un poco prosaica, más que nada para seguir estando (o buscando) en este punto intermedio.
5 comentarios:
hay puertas que es mejor no abrir...
Hay puertas que es mejor que estén siempre abiertas de par en par, para que generen corrientes que no permitan albergar nunca más situaciones tan regresivas para la historia de un pueblo.
Me encanta el banner de tu blog (no estoy seguro de que se diga así)Bueno el encabezamiento.
¡¡Primera foto!!
Y foto testimonio, para que no se nos olvide...
Buena reflexión sobre el descubrimiento de los lugares y lo que uno siente en ellos.
En mi casa todas las puertas están abiertas.
Ahora, todo es fisgar; entras, pues las puertas no existen son verjas, y tras pasar por el detector fisgas en un movimiento uniformemente acelerado.
Antes había que abrir la puerta, dar los buenos días y cerrarla tras de tí, para que no se escapara el gato.
Yo prefiero como antes. Entrabas en templos, ahora son escaparates.
Trupitomanias, pero a veces no sólo son éstas.
Pancho, gracias por lo del banner (encabezamiento)me salió de dentro, es sincero y puro.
Pedro, ya me darás tu dirección,gegege.
Javier, qué profundo eres...y qué razón tienes.
Publicar un comentario