jueves, 3 de julio de 2008

AL MAR

El mar.
Su inmensidad.
Su grandeza.
Que no, que no puedo hacer nada.
Que me anulas.
Que me conviertes en sólo espíritu y pensamiento.
En esencia.
Me diluyo en tu liquidez.
Me adormezco contigo.
Me dejo acunar por ti.
Y entre tus brazos, mecer.
El brillo del sol sobre ti me emborracha de paz.
Y no puedo hacer nada.
Sólo puedo ser, sólo.
Sólo estar y dejarme llevar.
Sin hacer nada:
el mar me hipnotiza.
el mar me relaja.
el mar me abandona.
No puedo leer.
No puedo hacer nada.
Sólo mirarlo.
Sólo escucharlo.
Cerrar los ojos o abrirlos.
Ahí, estás, te apoderas de mí,
me absorbes,
me dominas,
me engulles,
me aniquilas,
me posees,
Y me dejo.
Tal vez fui sirena.
Tal vez, o pirata.
¿Quién sabe?
Después de ti,
sólo me cabe mirar al cielo.
Al cielo de mi Castilla.

Escrito a mano, como en los viejos tiempos, después de un baño de una hora y sentada frente al mar, a primera hora de la mañana. No había nadie a 100 metros a mi alrededor.

9 comentarios:

Exiliado dijo...

Bienvenida a casa.
Seguro que ahora, tras ese descanso a la orilla del mare nostrum, te sientes mejor.
Nada puede superar eso, sentarse a la orilla del mar y dejar el sonido de las olas nos de una especie de masaje auditivo, pero efectivo.
Un saludo

Teresa dijo...

Este no tiene nada de poemilla cutre

Hmmm qué ganas de hipnosis y trance
El sonido de las olas y su relajación
Los sentidos adormecidos.

Tú seguro que eras una pirata.

Merche Pallarés dijo...

El MAR es muy necesario en nuestras vidas. No podría vivir lejos de él. Muy bonitas tus reflexiones. Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Mar y cielo. Y en la playa. Qué envidia...

Francisco O. Campillo dijo...

¡No se puede terminar un post con esa coletilla!
¡Menuda envidia!

jg riobò dijo...

Últimamente me siento atraído por el mar y la playa.
Antes lo odiaba.

Merche Pallarés dijo...
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Merche Pallarés dijo...

Querida Pilar, por favor borra mi comentario (no veo la papelera para hacerlo yo). Perdóname por lo de "rara" en realidad no quería decir eso--la verdad es que la rara soy yo... Besotes, M.

PILAR dijo...

Merche, corazón, lo he borrado. Pero, por favor, ni te preocupes. Al fin y al cabo cada uno tenemos derecho a opinar sobre los demás, siempre que sea con respeto, y tú lo has hecho. Un beso muy fuerte corazón. AH, todos somos un poco raros, no te creas