miércoles, 7 de mayo de 2008

COMPAÑÍA

Siempre me ha gustado tener compañía.
Hay cosas que me gusta hacerlas con alguien.
Es más, está claro que hay cosas que están más ricas cuando se comparten (el pensamiento de cada cual que tire por donde quiera).
Por ejemplo, me produce una tristeza horrorosa comer sola en un restaurante, en casa es diferente, entre otras cosas porque estoy habituada a hacerlo los días de diario.
Pero si en alguna ocasión he tenido que hacerlo, pues automáticamente me cojo un libro, una revista o algo, es una sensación inexplicable, pero vamos que hasta se me hace un nudo en el estomágo. Tal vez, será porque no me he visto demasiadas veces en esa situación, y como somos animales de costumbres...
Otra cosa, ir al cine, cuando voy sola esque mientras estoy viendo la película, estupendo, no hay problema. Pero en el momento de salir, otra vez, me viene la misma sensación que la de estar comiendo sola, esque necesito comentar lo mucho o poco que me ha gustado la película, y en ese momento echo de menos terriblemente a alguien a quien contarle o escucharle, simplemente.
Cuando alguna vez, veo algo que me gusta, un paisaje, una exposición...cualquier cosa que me gusta, enseguida me apetece que a los que quiero lo vean, vayan, lo disfruten...Y por supuesto si lo he visto sola, vuelvo acompañada.
Estar sola me gusta, pero lo que más me gusta de la soledad es saber que luego voy a estar acompañada. Por lo tanto, tal vez no me guste tanto.
Pero lo que sí es verdad que he descubierto que disfruto más de la soledad y de la compañía.
Que tengo más libertad para elegir lo uno y lo otro.
La mejor compañía es tener a alguien a quien quieres al lado y te sientes como si estuvieras sola.
Estar, simplemente estar. Eso es una gozada.

P.D. Esta entrada de hoy se la dedico a Jaime, es quien mejor me conoce y respeta mis espacios y mis tiempos, y cuya compañía me llena totalmente.

16 comentarios:

jg riobò dijo...

Hoy en vez de soledad toca el compartir. La soledad te da una visión que enriquece el poder compartir tu vida. Son dos opciones que no existen una sin la otra.

almayciudad dijo...

A mi me encanta ir solo al cine, se que es raro pero es así.

Besos.

Francisco O. Campillo dijo...

Veo que andas a vueltas con la soledad. Creo que construir un blog es una manera de tejer redes. O de canalizar nuestras ansias de expresarnos y compartir aquellos momentos de soledad. Tal vez. O tal vez no. No lo tengo muy claro.

manzacosas dijo...

Hola, Pilar. No sé si fue ayer cuando dije a alguien que me gustaba la soledad... Un saludo

Merche Pallarés dijo...

Pilar, tu Jaime es un sol. No lo dejes escapar. Un hombre que te deje tu espacio, tu soledad, que si quieres ir al cine sola, te vas y ahí está esperándote a la vuelta. ¡Eso es impagable! Besotes, M.

Teresa dijo...

La posdata me confunde.
A reflexionar

PILAR dijo...

Voy a contestaros a la entrada de ayer y a la de hoy con un comentario explicatorio.
Precisamente las he hecho seguidas porque es algo que me preocupa en mi vida y que me importa. Es un equilibrio, es un punto intermedio, buscar esos momentos para estar sola son fundamentales, y tener compañía también.
No sé si eso es una contradicción, amiga BIPO, no sé si por eso soy una incógnita, tal vez.
Pues sí, MERCHE, es un sol, espero le conozcas en persona, para aguantarme a mí...sobre todo en otros tiempos...
Efectivamente, JAVIER, la una sin la otra no caben.
Comprendo que hay gente que valora y le encanta la soledad, conozco a más de uno, y suelen ser hombres, no sé porqué, así que lo entiendo SEÑOR MANZACOSAS.
ALMAYCIUDAD, si tiene su encanto, no te creas.
FRANCISCO, no sé qué es, si son ganas de comunicarse.
UN BESAZO A TODOS Y GRACIAS POR DEJARME "UTILIZAROS" EN MI SOLEDAD Y POR HACERME COMPAÑÍA CUANDO ME APETECE.
LO BUENO DEL BLOG ES QUE NO OBLOGA, QUE NO OBLIGA

Isabel Huete dijo...

"A ti, soledad, vieja compañera
que te siento en la oscuridad y te oigo
en el silencio
a mi pesar
te dedico
estos versos cargados de amor."

A ti, Pilar, te dedico este mal poema mío escrito hace muchos años, cuando todavía no sabía si me gustaba la soledad. Ahora que lo sé, ahora que convivo con ella como con un amante y la disfruto con auténtico placer, no la cambiaría por nada. Me gusta comer sola en un restaurante, ir sola al cine, viajar sola, pasear sola, ir a los museos sola, hacer casi todo sola, incluso dormir sola aunque no le haga ascos a los cariñitos si son de alguien que luego me deje volver a mi soledad. Y lo mejor de todo es que no me siento sola. Tengo una vida interior bastante intensa que me hace mucha compañía. También disfruto compartiendo mi soledad, mi mundo. Quizá por eso escribo un blog. Soy solitaria pero no huraña; me gusta el silencio pero también mantener una buena conversación; me cuesta llorar pero me resulta muy fácil reír. No creo que la soledad sea un concepto universal sino que forma parte del patrimonio individual que se forma en la mente de cada uno; cada cual vive la soledad de forma diferente, igual que la realidad.

No le des demasiadas vueltas a la soledad porque a veces se enfada y cuando más la necesitas te abandona. Y es bueno tenerla siempre a mano, por si acaso.

Besitos, cielo.

Teresa dijo...

jajajaja me gusta eso de NO OBLOGA

Pues vuelvo con la posdata.
(Y quizás sea por las cosas que comentamos a veces, entre nosotras, sobre la falta de incomprensión, y el envío a una isla desierta sin franqueo pagado de vuelta)
Efectivamente creo que eres una persona muy afortunada.
Hay gente que no comprende la necesidad de los pequeños espacios.
Pero tu caso es extraño de verdad.
Quieres sol y luna a la vez, pero de forma muy polarizada. Es lo que me choca tanto.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

A mí me gusta la soledad. Mucho. Debo ser muy raro.
Besos.

Pilar dijo...

Isabel, me alegro un montón de tu vuelta.
Desde luego está claro que eres una tía madura. A mí me quedan unos años.Uy qué mal ha sonado, entiéndeme.
Un besazo y se te echaba de menos
BIPO, vamos a ver, es cierto, los hombres-maridos-compañeros a veces son un tostón, y el mío en concreto pues también, pero tengo que reconocer que le quiero tanto...y siento hacer este comentario que me suena tan a cursi..Tal vez soy un poco bipolar.
un besazo a las dos

Anónimo dijo...

Lo único bueno de la soledad es saber que luego vas a estar acompañado. si no la soledad es muy triste.

Teresa dijo...

Bueno aquí estoy en este sinfín

Cuando tuve compañía disfruté como una enana
Volví a estar sola, me costó adaptarme a la pared que veía, pero disfruté de las ventanas y las puertas
Y ahora tengo compañía y pared pero estoy más sola que cuando estaba sola.

Isabel Huete dijo...

Si, Pilar, madura estoy más que madurita... Jaja. No, no creo que el amor a la soledad tenga que ver con la madurez. Es más bien como un estado hipnótico, como un chute de orfidal en vena, como un placer y un descanso irresistible. Y no me parece para nada triste, como dice Javi, ni siquiera sabiendo que no vas a estar acompañado. Yo siempre llevo conmigo mi soledad, aunque tenga compañía. Es, simplemente, mi estado natural. Y me gusta.
Besitos, cielo.

Bipo, ¿y cómo llevas esa soledad?

Teresa dijo...

Muy mal Isabel. Me entristece el mundo muchos días y su contenido de humanos artificiales. Máscaras caen en tiempos de crispación

PILAR dijo...

Bipo, corazón, te sirve de algo mi compañía, aunque sea temporal y a ratitos???
Un besote, corazón