He tenido la suerte de ser la pequeña.
Y digo suerte, porque he tenido tres personas, que se anticiparon a mi llegada en casa, de las que he aprendido mucho.
Esas tres personas, mis dos hermanas y mi hermano, son unas de las muchas fuentes de las que he bebido a lo largo de mi vida.
Siento que el tener hermanos es algo muy especial, con sus más y sus menos.
Yo al menos creo que donde más he aprendido a vivir ha sido en casa, y ha sido de mis hermanos. Mis padres han formado parte de mi niñez y de mi infancia, adolescencia...y de mi educación, cultura, sensibilidad...
De mis hermanos....
ha sido de quien he aprendido a amar a Los Beatles,a la música, a quien he sisado algún durillo, de quien he escuchado cantar a Silvio Rodríguez, a amar el Jazz.
De quien he aprendido a nadar, por ejemplo, a base de espabilar tras hacerme montón de aguadillas. Con quien he peleado, con quien me he picado, me he chinchado....
Porque la "selva" ésta en la que vivimos, empieza en casa. Los hermanos ayudan muchas veces, y otras veces molestan en cantidad. Pero de ahí se saca mucho jugo.
Y yo de mis hermanos (sin su permiso, porque no les he dicho en ningún momento que voy a hablar en este lugar de ellos) diría muchas cosas... pero para respetar su intimidad, sólo diré que hoy quiero recordarles y darles las gracias .
Una parte de lo que soy es gracias a ellos,y de lo que aprendí de ellos.
Y, ahora como nos hemos hecho mayores, y cada uno ha ido cogiendo su vida, su casa, su camino, su trabajo, su ciudad y su lugar....estamos unos más lejos que otros... pero eso no impide para que siga aprendiendo de ellos, y además llegada a estas alturas yo ya puedo enseñarles algunas que otras cosas y que ellos aprendan de mí.
Y hoy me toca plagiar a mi hermana la mayor.
Hace poco hemos vivido la experiencia del fallecimiento de mi abuela, que ayer 15 de diciembre hubiera cumplido 95 años (en otra entrada hablaré de ella). Evidentemente no ha sido una muerte traumática, como es lógico por su edad. Pero esto, sobre todo cuando tenemos la suerte de no haber vivido muertes cercanas, te hace pensar en esto de la vida y de la muerte, y patatín y patatán, y no, que no me voy a poner trascendental. Pues bien mi hermana me mandó un e-mail el otro día, y le pregunté si no le parecía mal que lo colgase aquí, como me dio su permiso y es mi hermana la mayor pues yo a obedecer.
Amo el jardín cuando abren las flores serenas del otoño,
el rumor de los árboles, cuya cima dora la luz de mi reposo,
el cuerpo que junto al lecho me aguarda desnudo, victorioso,
los brazos del amante, cuando a la madrugada penetra y duele el gozo.
Esto es la vida ¿Qué importan la verdad o el poder junto a esto?
Viva estoy. Dejadme así pasar el tiempo en embeleso.
Poesia de Luis Cernuda, leedla cuando esté muerta
No me enterreis, no me hagáis misas, ni tanatorios, ni ramos de flores, donad todo aquello de mi cuerpo que pueda aprovechar la ciencia u otras personas, incluso el cuerpo entero, solo lo que anida en su interior no será atrapado por ningún ser humano y es ahí donde radica el misterio que cada uno de nosotros puede interpretar a su manera.
En caso de hacerme cenizas, esparcirme por el mar de alicante y los montes de Trespaderne, si no es mucho pedir.
Es un testamento que tenéis que guardar para que luego no hagan conmigo lo que quieren las inmobiliarias de los muertos.
gracias Este último párrafo es de mi hermana la mayor
domingo, 16 de diciembre de 2007
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2 comentarios:
Yo soy el segundo de cuatro hermanos.
Perdí a mi padre.
Es una suerte tener hermanos así. Saludos a tu hermana, que veo tiene la misma sensibilidad que tú.
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