LAS NIÑAS DE SAN ILDEFONSO

Todavía no han empezado a cantar. Son las tres menos cuarto de la mañana.

Es la primera vez que voy a hacer una entrada a altas horas de la noche.
La verdad, es que en mi vida no he sido demasiado noctámbula, salvo alguna excepción de grato recuerdo.
Siempre me ha gustado más el amanecer, la mañana, la luz, el día.
Mi biorritmo va decreciendo a lo largo del día, así que como trabajo de ocho a tres, dejo lo mejor de mí en dicho lugar. Que por otra parte no está mal, pero claro llego a mi casa, generalmente cansada, y aquí me espera otro trabajo,y con ganas de comer un poco, y echarme una siesta (otro día hablaré de mis siestas).

Pero hoy, me pasa alguna vez, me he desvelado.
Así que he decidido hacer mi entrada.
La verdad, es que no suelo seguir un método.
A veces las ideas las tengo en la cabeza y están en ebullición.
Y entonces, aprovecho y escribo.
Otras veces, teniendo idea de haber escrito algo, me surge algo repentinamente y me cambia el "chip".
Lo que sí que tengo que agradecer al blog, es que desde que lo tengo (pobrecico mío, que está a punto de cumplir un mes) me ayuda a reflexionar, a contemplar, y (me atrevería yo a decir) a estar más satisfecha conmigo misma.

Pues bien, mañana cuando me despierte y me levante, a parte de las muchas cosas que tengo que hacer (siempre toca hacer algún recado de última hora, algún regalo al sobrino de turno, un café con ese amigo que hace tiempo no ves y ha vuelto a casa por navidad, donde por otra parte tú no te vas nunca y claro estás para recibirle, pero resulta que a veces, como por ejemplo este año decides irte) pondré la radio, cosa que suelo hacer todos los días (otro día hablaré de la radio, es otra de mis fuentes) y escucharé a las niñas (a los niños también) de San Ildefonso.

Salud y amor para todos.-